CRISIS AFECTIVA (Poesía)

 







Luis Fernando Agamez Atehortua

Autor



CRISIS AFECTIVA:


Aún recuerdo las veladas apasionadas en tu lecho,

tu desprecio es la estocada que me ha dejado deshecho.

Como un necio te confieso que quiero cambiar los hechos,

no obstante, tu semblante se ha alejado de mi acecho.

 

Aun no me he sentido amado en mi castillo de cristal,

tu recuerdo es el infierno del que no puedo escapar.

Tu sonrisa es una llama que no he vuelto a contemplar

 y tu perfume ya en mi cama no he logrado disipar.

 

El caballero y la doncella separados por el odio.

Rotas fueron las cadenas del más profundo agobio.

El mar se ha abierto en dos condenando aquel oprobio,

El dilema de vivir es mantenerme sobrio.

El sentir del existir es tan solo un triste bodrio.

La faena de sufrir es producto de los escobios.

 

 

No hay aguas tan profundas como el océano del sufrimiento.

La poesía es tan iracunda que nubla mis pensamientos.

Efímeros momentos se deconstruyen en el tiempo.

Lacerantes versos muertos articulan mi sufrimiento.

 

Composición inextricable de valor inestimable.

Calcíname con tu amor, pues el dolor me ha convertido en un despreciable miserable.

Mi estado es muy deplorable, y mi muerte impostergable,

Mis ojos son de lágrimas fuentes inagotables.

 

Apuñálame cual sable en lo más profundo de mi piel.

Quiero volver a nacer y hacerte el amor mujer.

Una estrella inapreciable he logrado sostener.

trago amargo al alejarte, he tenido que beber.

Me hubiera muerto de sed antes de ingerir tu hiel,

si sospechado que el pecado habrías de acometer.

Has insultado el amanecer y a mis dioses de papel.

El futuro es ahora oscuro entre los muros de mi ser.

 

 

He maldecido cada verso que se inspiró en tus besos.

Rechazaste aquel amor que ha desafiado al universo.

Voy a llorar en los textos que ha argüido este arquitecto,

los defectos de tu afecto consumieron a lo nuestro.

Puede que no sea un prospecto en este mundo de perfectos.

Soy funesto y el adverso de los hombres predilectos.

Sin tu amor soy un espectro que ahora vaga sin trayecto.

Inapelable es el final de este corazón infesto.

 

 

 

Entidades insaciables disfrutan verme sufrir.

Me mostrare tan implacable presto para combatir.

Ineluctable aquella espada que a mi vida ha puesto fin.

Es el amor de aquella amada sin la cual he de morir.

 

 

Es una breve redacción de un sentimiento ya lejano.

Es lamentable darse cuenta de que todo ha sido en vano.

En este mundo de mortales he vuelto a ser ermitaño.

Insanos momentos vanos me recuerdan a lo antaño.

Profanos seres humanos han notado que te extraño.

Antes de volver a amarte prefiero cortar mis manos.



Autor: Luis Fernando Agamez Atehortua

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